JUAN DAVID PADILLA VEGA
El Poder del Yagé
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Existe un territorio ancestral, donde las platas tienen espíritus que protegen a quienes emprenden viajes, no hacia al interior, sino hacia lo profundo de la mente.
Este Territorio llamado Jardines de Sucumbíos, es un lugar aislado de las grandes ciudades, y para llegar es necesario adentrarse la interior del departamento de Nariño un lugar protegido por las montañas ecuatorianas.
Dentro de este escenario selvático vive un pueblo indígena llamado Cofán, uno de los aproximados 109 pueblos indígenas que existen en Colombia. Los cofanes son guiados por el Taita Querubín Queta, máxima autoridad tradicional, quien a sus 101 años guarda un conocimiento milenario, heredado por los abuelos sabedores de la Amazonía.
Aquel hombre, icono de la ritualidad del pueblo Cofán, bisagra de universos aberrantes e itinerantes y además protector de su entorno ancestral, es también el guardián de su lengua nativa, una de las 68 lenguas que existen en Colombia.
El Taita también es conocido como sabedor, guía espiritual, máxima autoridad del pueblo Cofán, medico tradicional, protector del conocimiento y cuidador de la cultura ancestral.
El Taita, de mirada de tigre, de conocimiento innato, uno que él dice que llega a priori con la existencia, recorre su reguardo recogiendo plantas para preparar lo que él llama El Remedio.
Toma su tiempo, y minutos antes de su habitual ceremonia ritual, a través de la música evoca su conocimiento, sabiduría y cosmovisión.
Cuando llega la espesa, profunda y muy oscura noche, los abuelos despiertan de una corta siesta en sus chinchorros y comienzan a estimular la palabra.
El Yagé es algo que se contempla, que se le rinde tributo, una planta que para muchos pueblos el es la expresión máxima del conocimiento, el símbolo de la madre tierra, como aquella protectora de todas los seres y criaturas en los planos materiales y espirituales.
Cuando el ritual comienza, el Taita se dirige a un altar en medio de la selva, tan sagrado, como cualquier templo construido en este mundo. Un lugar, que a pesar de su espacio, ha recibido a miles de personas de aquí, allá y de todas partes, quienes buscan en éste el remedio para su alma.
Una vez empezado el ritual, existen otras plantas, que al contacto con el aire armonizan los viajes hacia el interior de la mente y a lo profundo de la conciencia.
El yagé , planta que permite evocar el universo y expandir la conciencia
La casa del Taita, espacio donde se teje, medita, aconseja y guía.
La medicina tradicional, aquella que permite mambear la vida,
Llega entonces, un momento de silencio, de expandir y dilatar la conciencia a proporciones nunca antes imaginadas. En donde la Madre tierra irrumpe en las vísceras para permitir conversar con el universo.
El ritual viene acompañado de mucho sonidos, donde las canciones son en sí, siglos de observación y experiencia, y se potencia aún más porque entre sus rimas y mantras afloran verdades, esas que cargan un conocimiento milenario que se creía empolvado.
Quitar la pesadez en el cuerpo para encontrarse con uno mismo de frente y dialogar sobre la profunda levedad del alma.
Volver bajos los efectos del remedio sagrado
Todo un universo de conocimiento amazónico concentrado en una hectárea. Jardines de Sucumbíos
Resguardo Indígena Ukumari Kankhe.
Expuerta en:
2016, El Poder del Yagé Amazónico, Rudolstadt Fest, sede de la Orquesta Sinfónica y la Casa del Teatro, Rudolstadt, Alemania